Empieza por ti, mujer. Empieza por conocerte, por reconocerte, por quererte y por cuidarte. Empieza por dar con aquello que realmente te hace feliz, que es bueno para ti. A nada te acostumbres y nada te hará falta.
Qué difícil es el mundo, ¿verdad? Lo de hacer cada día único es una utopia. Depende de ti, dicen, yo les contesto ¡já! Luchar contra la rutina, contra el resto, contra las obligaciones, contra los prejuicios… Luchar contra el amor, contra las palabras que te hieren, contra lo más cotidiano… Luchar contra una misma cuando cuesta reconocerte delante del espejo, y el espejo son los demás. Nunca hables de cómo eras, sino de cómo eres.
Y que no te hagan sentir culpable cuando sientas tristeza o cuando quieras enfadarte, ni tampoco cuando estés por la labor de ser feliz, por la labor de experimentar o de hacer el tonto, o el vago. ¿Qué narices pasa? Empieza por ti, y recuerda, el mundo puede ser mejor o peor depende de los ojos con el que se mire, y con una venda en los ojos se ve más bien poco.
¿Qué te hace feliz a ti? Piénsalo, dedica unos minutos a pensarlo. No te sientas culpable por necesitar más, más atención o más iluminadores, da igual, cada una necesita lo que necesita. No te maltrates a ti misma por no entrar en un molde que no está hecho para ti. Busca tus momentos, y regocíjate en ellos.
Fotos: Epikinonya
Empieza por ti, hazme caso. ¡Feliz domingo!